Cuidados de la piel en Verano

Con la llegada del buen clima, aumenta el tiempo que solemos pasar al aire libre. Este cambio en nuestros hábitos tiene efectos en nuestra piel, ya que normalmente al exponerla más, procuramos cuidar especialmente su aspecto, aunque debido a esta mayor exposición y a los factores climáticos propios del verano, la sometemos también a una serie de riesgos.

Éstos pueden ser la radiación solar, los cambios de temperatura y humedad, los efectos del cloro y la sal y las picaduras de insectos. Otro aspecto importante a tener en cuenta será el uso de medicamentos y sustancias capaces de producir reacciones de fotosensibilidad y fotoalergia.

La radiación solar es quizás el factor en que primero pensamos en verano. Gracias a las campañas de información cada vez más personas son conscientes de los riesgos que conlleva exponerse al sol sin la debida protección; pero aun siguen aumentando cada año los casos de cáncer cutáneo.

Los efectos agudos de la exposición solar incluyen eritema, inflamación, inmunosupresión, cambios de pigmentación e hiperplasia epidérmica.

Los efectos crónicos de la radiación solar son debidos al conjunto UVB + UVA e incluyen fotoenvejecimiento y fotocarcinogénesis. Otras patologías cutáneas que también empeoran con la radiación solar son rosácea y léntigos.

La radiación infrarroja (IR) es la fracción mayoritaria del espectro solar que llega a la tierra, y es responsable de la acción calórica del sol. Penetra profundamente en la piel y provoca dilatación de los vasos sanguíneos y una elevación de la temperatura. A pesar de su baja energía, no es inocua, potencia el daño causado por la radiación UV, y está implicada en el eritema, fotoenvejecimiento y fotocarcinogénesis.  Añadir filtros inorgánicos y antioxidantes a los fotoprotectores, confiere protección frente a esta radiación. Para que un fotoprotector sea completo deberá incluir filtros para los tres tipos de radiaciones: UVA, UVB  e IR A.

No todos los efectos de la radiación UV son negativos; la exposición solar conlleva un efecto antidepresivo por su acción sobre la melatonina, la radiación UVB induce la síntesis de vitamina D y su uso terapéutico resulta eficaz en el tratamiento de la psoriasis.

Otro de los efectos del verano en nuestra piel es la deshidratación. Los cambios en el gradiente de humedad ambiental hacen que la piel se adapte continuamente a la sequedad de los aires acondicionados, a la humedad ambiente propia de las playas y piscinas, al secado extremo y rápido que produce una intensa exposición solar, por lo que debemos extremar los cuidados hidratantes tanto vía tópica como aumentando nuestro consumo de agua y líquidos.

Por otra parte el ambiente cálido y húmedo de playas y piscinas favorece la proliferación de infecciones por hongos.

**ERITEMA – QUEMADURA SOLAR**

 Después de una exposición solar, la respuesta cutánea más conocida y evidente es el eritema o quemadura solar. Los síntomas que presenta son muy característicos, tales como, rubor, calor, dolor y tumefacción. Aparece con mayor frecuencia en individuos de fototipo I a III.

Debemos recordar que cuanto mayor es la energía, menor es la longitud de onda y la penetración en las capas de la piel más superficial. Por esta razón el principal responsable de causar eritema cutáneo son las radiaciones UVB. Sin embargo, las radiaciones UVA contribuyen de alguna manera en la aparición de la quemadura solar, puesto que son las más predominantes en el espectro de la luz solar.

El desarrollo del eritema está directamente relacionado con el daño en el ADN debido a la radiación UVB y las longitudes de ondas más cortas de UVA, aunque también puede suceder daño oxidativo indirecto debido a las longitudes de onda mayores. Este daño celular promueve la síntesis y liberación de mediadores de la inflamación, principalmente prostaglandinas sintetizadas a partir del ácido araquidónico, histamina liberada por los mastocitos, y citoquinas liberadas por los queratinocitos. Estos mediadores activan las células endoteliales de la dermis, causan vasodilatación, un aumento de la permeabilidad vascular y edema, y promueve la acumulación de las células inflamatorias.

Aunque en general produce poca molestia y se cura aproximadamente en una semana, un eritema solar puede requerir atención médica.

Puede aparecer un eritema inmediato o dentro de las primeras 4 a 6 horas tras la exposición solar, y disminuye a partir de las 72 horas. El primer estadio  es un eritema con rubor y un calor intenso.

Si la quemadura ha sido leve, el eritema es seguido por una descamación de la piel afectada y posterior bronceado; pero si la quemadura fue severa, hay aparición de vesículas, ampollas, formación de de costras, descamación y curación final. En este último caso se puede ver afectada la salud del individuo y presentar síntomas como fiebre, naúseas o vómitos. Debemos recurrir al médico si el eritema afecta a un bebé de menos de un año o si se observa fiebre, ampollas llenas de líquido e incluso un dolor intenso.

Consejos a seguir tras la aparición de eritema solar:

1.-  Evite exponerse nuevamente al sol.

2.- Aplique compresas frías o sumerja la parte quemada por el sol en agua fría.

3.- Aplique lociones humectantes en las partes afectadas.

4.- No utilice bálsamos ni ungüentos.

5.- No rompa las ampollas.

**CONSEJOS DE UTILIZACIÓN DE LOS FOTOPROTECTORES**

-Utilizar el fotoprotector adecuado para cada tipo de piel o zona del cuerpo ( crema, spray, leche o gel), fototipo, edad y circunstancias de exposición.

-Aplicar el fotoprotector en casa de manera generosa ( 2 mg/ cm2), de forma uniforme, sobre la piel seca, media hora antes de la exposición al sol.

-Renovar la aplicación a las 2 horas y después de cada baño.

-Emplear una fotoprotección más alta en las primeras exposiciones solares.

Extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol (cara, cuello, calva, hombros, escote, orejas y manos). La protección de los labios se debe hacer con lápices o barras protectoras, y la del cabello con productos específicos.

**SOL  Y MEDICAMENTOS**

Hay ciertos medicamentos que pueden provocar  una reacción negativa al exponernos al sol. La fotosensibilidad es una reacción cutánea anormal que se produce por la combinación de una sustancia química y la exposición a radiaciones ultravioleta. Dicha fotosensibilidad puede provocar dos tipos de reacciones: fototóxicas o fotoalérgicas.

  1. 1) Las reacciones fototóxicas: no dependen de mecanismos inmunitarios y pueden aparecer en la mayor parte de los individuos que usan el fármaco ya desde la primera exposición al producto, si la concentración, la cantidad aplicada y la calidad de la luz son adecuadas y suficientes. Clínicamente, se manifiestan por lesiones en las áreas expuestas, con eritema, edema y vesiculación en forma de reacción inflamatoria actínica exagerada, con límites muy precisos. Excepcionalmente, el eritema puede durar meses y acompañarse de una hiperpigmentación más o menos notoria en la región afectada.

Agentes que desencadenan reacciones fototóxicas:

Sistémicos: ansiolíticos (alprazolam), antimicrobianos (quinolonas, sulfonamidas, tetraciclinas, trimetoprim), antimicóticos (griseofulvina), antidepresivos tricíclicos, antipsicóticos (fenotiazidas), antipalúdicos (cloroquina), AINE (piroxicam, derivados del ácido propiónico), retinoides (isotretinoína y etretinato), diuréticos (tiazidas y furosemida), colorantes (fluoresceína, azul de metileno), aditivos de alimentos (sulfitos), hipolipemiantes (derivados del ácido fíbrico), quimioterápicos.

Tópicos: alquitranes, perfumes (aceite de bergamota), vegetales y frutas (lima, limón, higo, perejil), plantas con furoumarinas y psoralenos (hiedra, higuera), colorantes (azul de toluidina, rosa de bengala, eosina).

2) Las reacciones fotoalérgicas: aparecen en un pequeño número de individuos que han sido sensibilizados por exposiciones previas a la sustancia que actúa como fotosensibilizante. El fenómeno principal consiste en la transformación del fármaco en un alérgeno por acción de la radiación lumínica. Se manifiesta por una lesión de tipo eccematoide, capaz de diseminarse fuera de los límites de las zonas expuestas a la luz, y puede persistir durante varias semanas aunque se evite la exposición.

Agentes que desencadenan reacciones fotoalérgicas:

Sistémicos: antimicóticos (griseofulvina), antipalúdico (quinina), antimicrobianos (quinolonas, sulfonamidas), AINE (piroxicam), vitamina (B6), hipoglucemiantes (derivados de la sulfonilurea , sulfonamida), anihistamínicos (difenhidramina), diuréticos (clorotiazida), edulcorantes (ciclamato), laxantes (bisacodilo).

Tópicos: pantallas solares ( PABA, avobenzona, octilmetoxicinamato, etc.), fragancias (almizcle, sándalo, etc.), antibacterianos (tetraclorosalicilanilida, dibromosalicilanilida, hexaclorofeno, triclosán, etc), otros (clorpromazina, prometazina, tiourea, ketoprofeno)

Diferencias entre fototoxicidad y fotoalergia

Características                                             Reacción fototóxica        Reacción fotoalérgica

Incidencia                                                           Casi 100%                         Muy baja

Reacción en la primera exposición                       Sí                                        No

Relación dosis-respuesta                                      Sí                                         No

Sintomatología                                               Ardor, quemadura           Prurito

Lesiones cutáneas                                        Eritema, edema               Vesículas, eccema

Periodo de incubación previo                                No                                    Sí

Reacción cruzada con fármacos similares           No                                     Sí

Necrosis de epidermis                                          Sí                                       No

Neutrófilos                                                            Sí                                       No

Edema de dermis                                                 No                                         Sí

Eosinófilos                                                            No                                         Sí

El Real Decreto 1345/2007 del 11 de octubre por el que se regula el procedimiento de autorización, registro y condiciones de dispensación de los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente, da cuenta de un nuevo símbolo : un triángulo con una nube y un sol incluidos, y con la leyenda “fotosensibilidad : ver prospecto“, para los medicamentos que puedan producir fotosensibilidad.

Esperamos que disfrutes del sol y del tiempo libre, y para lo que necesites ya sabes que estamos a tu disposición, también en Verano. ¡¡Que tengas unas buenas vacaciones!!

Por Sara Rodríguez del Valle, Farmacéutica Adjunta

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